Cubiertas para hibernación

Las cubiertas para piscinas son un elemento esencial para mantener el agua limpia y segura, contribuyendo a la eficiencia energética y la seguridad. Estas cubiertas pueden ser de dos tipos principales: rígidas y flexibles, cada una de ellas con características que se adaptan a diferentes necesidades y preferencias de los usuarios.

Cubiertas rígidas

Las cubiertas rígidas suelen estar fabricadas con materiales como el policarbonato, el aluminio o el PVC duro. Éstas ofrecen una protección superior contra las inclemencias del tiempo y los elementos exteriores como hojas, polvo y otras impurezas. Además, son muy eficientes en la conservación de la temperatura del agua, lo que las convierte en una opción ideal para piscinas climatizadas.

Las cubiertas rígidas también pueden proporcionar seguridad adicional, especialmente en entornos en los que hay niños o mascotas, ya que son más resistentes y pueden soportar pesos moderados. Algunas tienen sistemas automáticos que permiten abrirlas y cerrarlas fácilmente con un mando, añadiendo comodidad a su robustez.

Cubiertas flexibles

Por otra parte, las cubiertas flexibles suelen estar hechas de materiales como el vinilo o tejidos técnicos impermeables y resistentes a los rayos UV. Éstas son más ligeras y fáciles de instalar, siendo una opción más económica en comparación con las rígidas. Aunque no ofrecen el mismo nivel de protección contra accidentes, cumplen perfectamente con la función de mantener la piscina limpia y proteger el agua de la suciedad externa.

Las cubiertas flexibles también son ideales para climas templados, cuya función principal es mantener el agua limpia y reducir la evaporación, pero sin la necesidad de una protección tan robusta como la que ofrecen las cubiertas rígidas. Además, éstas pueden ser enrollables, facilitando su uso y almacenamiento.

Ventajas de las cubiertas para piscinas

Tanto las cubiertas rígidas como las flexibles ofrecen múltiples beneficios, entre los que destacan:
– Reducción de la evaporación: Ayudan a evitar la pérdida de agua en la piscina, especialmente en climas cálidos.
– Protección contra impurezas: Evitan que hojas, polvo y otros elementos caigan al agua, manteniéndola limpia durante más tiempo.
– Ahorro energético: Conservan el calor del agua, reduciendo la necesidad de calefacción en piscinas climatizadas.
– Seguridad: En el caso de las cubiertas rígidas, aumentan la seguridad, evitando caídas accidentales dentro de la piscina.

Nuestros técnicos en piscinas le ayudarán a elegir la mejor opción para un buen mantenimiento y conservación de su piscina. Ambas opciones son una inversión inteligente para alargar la temporada de baño y mantener la piscina en óptimas condiciones durante todo el año.